14 Feb 2014

El mundo obliga a callar.

Llega el final de la semana, y más que una semana ha sido una lucha sin fin. He regresado, si es que se puede llamar "regresar" a algo que está siempre en mí,  a mi etapa de "he olvidado cómo ser feliz". Podría sumirme en un sueño y no despertarme jamás.
Hay atracciones y enamoramientos que no llevan a ningún sitio. Pero he decidido perderme y ahora me encuentro en un lugar incierto, en el que solo con mucho esfuerzo podría caminar por una senda de tranquilidad, o de felicidad.
He aprendido que da igual lo que haga cuando quiera decir lo que siento. Si soy una cobarde no lo digo. Si me decido a hacerlo, el mundo me dará razones y me obligará a quedarme callada.
Al final todo se reduce a otro sueño, o intención que se rompe, cuya existencia es un cáncer que te puede matar poco si no acudes a curarlo.


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