Demencia nocturna #9

Algunas veces me planteo qué es sentirse rota.
Otras, qué es eso de la baja autoestima.
En ocasiones reflexiono sobre qué es estar sola.
O cómo  uno se odia a sí mismo.
También opino sobre el amor.
Incluso me aventuro a valorar el tema de la valentía.
Cómo ello afecta al exponerte al rechazo.
Y cuando ya me he herido lo suficiente, me digo si realmente vale la pena pensar.

Demencia nocturna #8

Estaba totalmente equivocada. Pero no es solo esta vez. Eso es lo peor.
Vivo pensando que cuando un día te diga todo aquello que callas, que guardas para ti solamente, por arte de magia, descubras que yo soy tu amor verdadero, y las cosas no son así.
Quiero abrirte los ojos para que me mires a mí. Lo que nunca me he planteado es, que una vez que los abras, verás a todo el mundo, y quizás yo no sea tu objetivo.
Profundamente errónea.
No es fácil aceptar el hecho de que por mucho que desees a una persona, a ella no le gustarás si no le atraes.
Estúpida. Estúpida. Estúpida.
Qué jodida es la vida, que te hace recapacitar y quitarte todos esos colchones que paraban tus caídas. Ahora queda caer y toparse con la realidad.

"La Gloria y el Amor tras que corremos
sombras de un sueño son que perseguimos:
¡despertar es morir!"
- G. A. Bécquer. (Rima LXIX)

Demencia nocturna #7

-Quiero decirte algo.

-Adelante.

-No sé cómo empezar. ¿Sabes cuando tienes esa sensación de impotencia en la vida y solo quieres estallar? Pues quizás es esto lo que me ocurre. Pienso que eres un cobarde. Te encierras en tu casa, juegas a la play, y no haces otra cosa más. Alardeas de que te sobran las chicas, pero a la hora de la verdad nunca te atreves a probar algo nuevo. Tienes miedo. Tienes miedo a enamorarte. Tienes miedo a demostrar lo que sientes. Tienes miedo a ser más maduro. Tienes miedo a crecer. Y por eso nunca eres capaz de hacer nada. Miras al mundo, pero no estás en él. ¿Y sabes qué? Me gustaría que después de toda esta mierda que te estoy largando, que te decidieras a actuar, a elegir en tu vida, a sentir cosas por los demás. Pero yo en el fondo, soy muy parecida a ti. Lo que pasa es que mi cobardía es distinta. Me pánico el rechazo, y el hecho de que mi autoestima dé muchísimo que desear, complementa esto de manera que, me enamoro y nunca hago nada. Estoy paralizada. No tengo salida.
-¿Y ahora qué? ¿Crees que tienes derecho a decirme lo que crees que soy? ¿Has pensando en algún momento en las cosas que yo he vivido y tú no sabes?
-No he pensado en nada. Por eso precisamente te lo he dicho. Porque mis pensamientos me alejan de mi valentía, porque son tan oscuros, tan pesimistas, tan destructivos, que me frenan. Si quisiera, aún puedo parar de pensar y seguir con todo aquello que no llevo a cabo, pero ya es tarde.
-¿Tarde?
-Sí.
-¿Qué quieres hacer?
-Gritarte lo mucho que me cuesta confesarte lo que siento.

Demencia nocturna #6

Es dura la soledad, pero más aún es estar sola y pensar en ti.

Imaginar e idealizar una historia que jamás saldrá de mi cabeza.

La valentía es algo de lo que carezco, y las pocas veces que sale a la luz, es cuando hay demasiada seguridad. 

No puedo recibir un no.

Por lo que nunca me atrevo a preguntar. 

Así es el día a día de un cobarde. 

Nunca pensé que tuviera que serlo.

Ella

Siempre la miro con buenos ojos. Ella me ha enseñado cosas que nadie nunca ha hecho. Y me ha hecho vivir. Y sonreír.

Sus ojos son marrones. Típicos, dirán algunos. Pero su mirada es preciosa. Su único defecto es que la esconde. Cuando los días son soleados, he visto esos ojos color tierra brillar, y tomar quizás un pequeño matiz a naranja. No puedo evitar acompañar esto con un recuerdo de una foto que tomé un día. Su mirada era tan vivaz, tan feliz. Yo le acababa de provocar una carcajada, y esos ojos que yo reconozco cuando mienten, reflejaban una alegría, de ese momento, efímera. 

Me gusta observarla cuando sonríe. Sus dientes son afilados y rectos. Y su sonrisa es tan bonita. Y me gusta tanto cuando le hago sonreír. A mí su forma de los dientes me recuerda a los de David Bowie, artista que ella adora. Ella no necesita aparatos, no como yo.

Ella es delgada. No quiere admitirlo, pero lo es. Es alta, y sus piernas son dignas de una pasarela. No es voluptuosa. Eso a veces le disgusta. Yo no creo que suponga un problema, todos los cuerpos, y los pechos son bonitos. Bueno, quizás el pecho arrugado y viejo de una  señora mayor no, pero no es de lo que hablo.

Ella tiene el pelo castaño. Su corte siempre cambia, nunca queda a gusto con ningún resultado. Yo tampoco estoy en su mente. Pero quizás es una manera de descontento, qué sé yo.

Yo... Yo no sé si esto que he dicho ella lo aprobará. O si  pensará que he sido osada al decir todas estas cosas. Tan solo opino que ella es bella, y odio la forma en la que los demás pasan por alto eso. Odio que ella a veces se cierre, porque vale más de lo que muchas personas lo hacen. Porque cae en los detalles que otros no perciben. Porque es ella. 

Siempre ha sido importante para mí. No sé si leerá esto, y en tal caso, si se dará por aludida. 

Sinceramente, te quiero. No lo diría si no fuera así. Te quiero. Te quiero.

Demencia nocturna #5

Estás esperando el momento de calma en el interior de un gran remolino en el mar. Sientes que te ahogas. Sientes impotencia al no poder salir a la superficie. Tan solo está la opción de observar cómo cada trozo de tu ser se llena de agua, y cómo poco a poco, toda tu persona se hunde, se hunde y se hunde.

Demencia nocturna #4

   No sé si alguna vez has visto "Eduardo Manostijeras" ('Edward Scissorhands', para los especialitos). Si es así, bien, y si aún no lo has hecho, deberías. Digamos que hay una parte de la película en la que cada pequeño desliz del pobre Edward, era juzgado al segundo y con total crueldad. Para cuando el decide rebelarse, todos se vuelven más en contra de él. Entonces, sus pequeñas gotas de ira, los ojos de sus críticos vecinos lo ven como algo peligroso. Luego salva a alguien, y cuando lo toca, lo hiere, pero nadie ha visto lo que ha hecho bien, y piensan en lo que hace ahora sin querer, porque sus manos, sus tijeras, cortan.
    Lo que quiero decir con todo esto, es que a veces en la vida no es blanca o negra. Tampoco es rosa, ni de arcoiris. Miramos mal aquello que es diferente, sin prestarle ni un ápice de atención, sin valorar si es por alguna remota causalidad bueno o incluso, mejor. Es duro ver cómo eres apartada sin compasión alguna por gente que creías que tenía un mínimo de criterio personal. Puede que opines que tú nunca serás así, ni que obrarás de esa manera. Pero todos lo hacemos. Miramos. Seleccionamos. Y eliminamos eso que no entra en el molde. Yo misma lo he hecho. La cuestión es evitarlo. Probar cosas nuevas, que rompen, que chocan y que son una tremenda locura con sentido, debería poseer el desecho de ser considerado. Considerar no es lo mismo que comparar.Considerar es ver los pros y los contras desde un punto de vista objetivo.
    También querría aclarar que todo el tema este de la película fue también fruto de la impresión que me produjo cómo estaba enfocado el tema del amor. Lo que me metafóricamente quería decir la película,  es que el amor, son como las tijeras en las manos de Edward: doloroso. No puedes compartir aquello que sientes, porque sabes que dañarás a esa persona, lo que te conduce a estar cada vez más y más solo.
    En fin, solo quería que supieras que esta película, es toda una obra romántica. Y no puedo amarla más, y sentirme más identificada a esta oda al romanticismo en tiempos modernos.

A veces intentamos salvar a alguien. Sin embargo, lo único que hacemos es herirlo, qué cosas ¿no?

Demencia nocturna #3

Algunas personas somos como el aire.

Podemos soplar las hojas de los árboles y acariciar las flores con una suave y delicada brisa, con la cual, no estamos queriendo decir que no queremos más, que no le prestamos mucha atención, sino que buscamos lo contrario, mimar, producir un pequeño escalofrío que les recuerde que estamos ahí, que pase lo que pase no nos vamos. 

Podemos ser la brisa marina de un día soleado al lado de la costa, con olor a salitre, y a horizontes de libertad. Refrescando el día de un penetrante calor. 

Podemos ser una fría ventisca en un día de invierno, que hacemos que el simple contacto sea molesto, doloroso, y que con nuestra presencia todo aquel que quiera tocarnos se aleje, y huya, muy rápido, conduciéndonos a un abismo de oscura soledad.

Podemos ser un brusco viento, al que no le importa qué destrozar, o con qué arrasar. Descontrolados, rotos, y demasiado peligrosos. Algunos dirían que somos como un fuego, pero no es así. El fuego se puede apagar, es efímero, el viento no. Cuando somos un brusco viento, no hay quien nos pare. Somos infinitos, fuertes y únicamente nosotros seremos los que decidamos cuándo parar.

Algunas personas somos como el aire. Eso no es bueno ni malo. Somos emociones y sentimientos descontrolados, que no saben tener un orden, a veces vuelan y... Bueno, no siempre acaba bien.

Demencia nocturna #2

No vale de nada quejarse sin luchar. No vale de nada quejarse sin luchar.
No puedo luchar porque no soy valiente. No soy valiente porque tengo miedo. Y no puedo hacer nada de esto porque no sé qué hacer con mi vida. No encuentro solución a las cosas. No veo la salida. Creo que soy un simple fantasma que va por el mundo tan muerta como muchas otras personas. Me define y me condiciona el "no". Se me da bien analizar los daños, pero no las soluciones a los mismos. Así que... ¿qué puedo hacer? Estoy en un burdo laberinto de sombras, de falsas ilusiones, de mentiras, de espejismos. Pero nunca hay salida.

Información.

Nadie ve mi blog, pero como soy super chula he decidido  hacer cosas nuevas:
   El blog estaré dividido en partes.

• Una nueva incorporación de una historia que estoy creando como sugerencia de mi profe de lengua.
• Mis decadentes, infernales y extraños pensamientos nocturnos tendrán su pequeño protagonismo también.
• Seguirán los textos normales, en los que me desahogo por lo que sea o cualquier cosa.
• Me gustaría integrar algún tipo de opinión sobre temas de actualidad, o algo así.

Eso es todo. THAAAAAAAAAAAANKS.

1.

Nadie te enseña a estar solo. Nadie. Realmente no es fácil  estar así. Sobre todo, cuando la época más adorable de tu vida, fue cuando alguien estaba a tu lado, queriéndote, valorándote, haciendo que un millón de sonrisas aparecieran en tu rostro.

Para la gente que te rodea, estar solo no es un problema. Ellos tienen a otras personas junto a ellos. Es fantástico tener amigos que te saben consolar. Que saben cómo hacerte ver el mejor lado de las cosas. Pero aunque lo intenten, no bastará. 

Añoro una mirada larga seguida de un dulce beso. Cuánto lo añoro. Una delicada caricia. Una telepatía, que casi asusta.
La soledad nos hace depender del amor que no nos merece, porque no somos capaces de aceptar el hecho de que estar solos no está tan mal, la vida está llena de complicaciones que a veces son injustas, pero nadie puede decidir nada, tan solo somos fruto del azar.
Me llamo Silvia, y a  veces la vida no me devuelve la sonrisa; me da un puñetazo, y me la rompe.

Demencia nocturna

Últimamente no paro de acordarme de cosas del libro de "Las ventajas de ser un marginado". De pronto me persigue. Hacía años que no estaba en un grupo de amigos, los cuales, lejos de ser todos unos falsos y tener riñas y secretos de por medio, son lo más comprensivos, graciosos y geniales que podrían haber. Entonces recuerdo eso que dijo Charlie de sentirse "infinito", esa sensación que aunque parezca que roza lo trascendental, es algo tan simple como estar feliz, y que el mundo te importe un bledo cuando están tus amigos cerca. No hay mejor sensación que esa. Las cosas más insignificantes se aprecian más. Puedes ver el cielo estrellado y pensar que no hay límites, que no hay barreras, el mundo está antes ti y tú y solo tú, eres el dueño de tu vida, de tu "destino".

Y es que tan solo cuatro personitas, hacen que las cosas más tontas cobren magia, y las malas, tan solo sea un pequeño y minúsculo grano de arena . 

¿Amor (fa)?

Otra vez ese sentimiento de impotencia, de no saber lo que  siento, de no saber a dónde quiero ir ni con quién. He regresado a ese estado de estar dando vueltas sin parar, sin saber a dónde mirar, y siempre sin avanzar, sin ir a ningún sitio, pero queriéndome ir , y a la misma vez sintiéndome enjaulada por mí misma.
Esto es todo una y otra vez cada vez que se me ocurre pensar en amor.
No para de salir en mi cabeza una frase a de Amèlie, que me ha marcado mucho:

"Ella prefiere imaginar una relación con alguien ausente que crear lazos con los que están a su alrededor".

Y es que me siento así, prefiero imaginar, idealizar que enfrentarme a algo que me asusta y que deseo al mismo tiempo. No soy capaz de lanzarme a la piscina, porque no soy capaz de imaginarme ni siquiera una piscina. Simplemente imagino que me tiro y caigo al suelo, a la realidad, y no soy puedo salir de este maldito bucle porque aún no estoy preparada para aceptar que quizás valga algo como persona, como chica, como algo.  No quiero aceptar que quizás debería empezar  a valorarme y tener una pizca de autoestima para que alguien sea capaz de soportarme. Me niego a dejar de odiarme porque en el fondo soy detestable. Porque soy una cobarde, porque tengo miedo de ser feliz. Y no creo que alguien en su sano juicio fuera capaz de renunciar a algo bueno, porque le da miedo el fracaso y la cobardía y timidez le pueden.
No sé si siento algo tan profundo como para poder calificarlo como amor. Tan solo sé, que mi naturaleza me impedirá dar el paso que quiero dar si esto sigue adelante.
Amèlie intentaba domar su timidez y cobardía mediante las estratagemas. Yo ni si quiera soy capaz de sacar mis ideas de mi mente.
Luego dicen que los adolescentes no pensamos. Quizás el problema es que lo hacemos demasiado pero nunca llegamos a ninguna conclusión útil. Nuestros sentimientos se quedan vacíos por las inseguridades. El miedo nos deja paralizados y "miopes". No nos deja mirar más allá.
Soy monotemática. No sé hablar más que de mi impotencia al mostrar mis emociones.
Puede que no quiera volver a enfrentarme a otra relación. Otra vez es el fracaso el protagonista.
Qué más dará. Al fin y al cabo nada es importante.

Todos somos humanidad.

Todos pensamos que el mundo está mal. Todos pensamos que hay que cambiarlo. Sin embargo, todos seguimos siendo los mismos.

Unos piden una revolución. Ponen fotos comunistas. Escriben estados comunistas. Hablan como comunistas. Agitan sus banderas comunistas. Sin embargo, por mucho griten si no hacen nada, todo seguirá igual.

Todos se quejan de que los otros no tenemos personalidad. Todos se quejan de que hay un montón de guarras. Todos se quejan de la cantidad de falsos que hay. Todos se quejan de la humanidad.

Pero, ¿alguien se ha parado a pensar que TODOS somos una sociedad?

Cambiar el mundo no es fácil. Todos estamos igual de atados. Incluso los que creen que llevan las riendas del mundo. La gente quiere que el mundo cambie. Pero sin cambiar ellos.
Joder, seamos de una puñetera vez valientes y demos el paso que cambiará nuestras vida. No vale de nada quejarse sin luchar.

4 cosas importantes:

1. No pierdas el tiempo con personas que te hacen daño.
2. Sigue tu propio camino, sin dejarte influenciar por los demás.
3. Sé tú mismo.
4. No hieras a personas que no te han herido a ti.

Todo empezó con una luna llena.

Todo empezó con una luna llena. Ese día estaba especialmente brillante. Al menos a mí en ese momento me pareció así. Sentí como si fuera una señal. 

Después de cenar, empezó a brillar. Unos encendieron cigarrillos. Otros hablaban. Otros fueron al McDonal's a comprar helados y uno de ellos entró ofreciendo la pizza que sobró. Otros estaban demasiado ocupados descubriendo sus sentimientos como para estar atentos a todo esto.

Tras dar un paseo, nos quedamos en el muelle. Unos se fueron. Los cigarrillos pasaron por casi todos. Se planteaba la idea de un baño en pelotas, pero no se llevó a cabo. Algunos se sentaron y fumaron en unas especies de gradas. Otros caminaban y estaban de pie. Y la luna estaba brillando como nunca. Y yo no podía de parar de repetirlo. Olía a mar. Olía a verano. 

Incluso, en esa relativa paz en la que nos encontrábamos hubo un gran alboroto al producirse el ataque de unas cucarachas que acorralaron a una de las chicas. 

A muchos les apetecía beber algo, así que nos fuimos a otra parte del muelle que tiene algo así como una "playa" de piedras. Compraron chuches, y yo me comí un chicle. Recogieron una cantidad de dinero entre los que querían beber y tres personas se fueron a buscarlo. Los demás no estábamos seguro si lo conseguirían, así que simplemente esperamos. 

Estábamos todos en unos bancos, y justo delante de nosotros había una estatua de una mujer con una caja de pescado, o algo por el estilo. Lo curioso de ella, es que tiene una boca de muñeca inchable. Tras meterle unos chicles dentro, nos pusimos a imitarla. La gente nos miró con cara de desaprobación, pero esta es una parte de nuestra vida única e irrepetible, así que cuanto menos prestemos atención a las miradas de desaprobación por nuestros actos sin sentido, pero imprescindibles, más felices seremos.

Quería tocar el agua del mar. Así que bajé unas escaleras y me puse al lado de la orilla. Algunos me siguieron. Intentamos hacer rebotar las piedras. Y nadie lo consiguió. Y nadie se sintió mal por ello. Y nadie le daba importancia al estar tirando piedras que algún día volverían a ese mismo sitio. Tan solo estábamos ahí y estamos juntos, y aunque no fuésemos amigos de toda la vida, éramos felices tal y como estábamos en ese momento. Nada más importó. 

Un rato después de eso, llegaron con una botella de vodka. Era con sabor a coco. Tuvieron que pedirle a alguien que se las comprara. La abrieron y todos comenzaron a beber de ella. Se la pasaron unos a otros. Por alguna razón de la vida, acabó en mis manos. Se supone que yo soy esa chica "sanota" que nunca ha bebido. Y lo probé. Fue la cosa más asquerosa del mundo, y la escupí. Y rieron.

Me senté en la pequeña bajada para bajar a la playa. Y me quedé así, mirando al mar, intentando sacar una conclusión filosófica de esos momentos. Algunos se acercaron y se sentaron conmigo. Uno de ellos, comenzó a hablar de que todos opinaban sobre nosotros, pero que ninguno tenía ni idea de nuestra historia. Y él comenzó a contarnos la suya. Y la botella llegó a nosotros. Y todos bebieron y se la pasaron. Fue cuando me di cuenta de la intimidad del momento. No contaré su historia. No contaré la mía. Ni contaré las pocas frases que dijo alguno que no le apetecía contar la suya. Pero caímos en la cuenta de cosas importantes, como que el dinero le quita verdad a la realidad, el egoísmo de gente que no pensó en los demás y les hizo daño, y la importancia de ser uno mismo, y dejar que las cosas fluyan.

Entonces, me tocó marchar. Me despedí de los que estaban en el banco. Pero los que se sentaron conmigo, siguieron a mi lado y me "escoltaron". Continuamos con nuestra conversación y llegó el adiós final.

La razón de que quedáramos fue principalmente que algunos se iban a ir del instituto, por lo que lo más posible es que no nos volviésemos a ver más. A mí me gusta pensar que esto no es un "adiós", sino un "hasta luego".

Han sido grandes personas las que he conocido, y las que me han hecho cambiar la idea sobre ver la vida y a la gente en general. Porque no somos una apariencia. Somos nosotros mismos, y eso es lo que nos hace vivir.

Quizás, algún día vuelva a ver una luna tan luminosa y me vuelva a sentir como esa noche. Creo que muchos de nosotros, no seremos capaces de olvidarla.

Un sueño que tiene oportunidades de cumplirse (no muchas, pero existen) pero parece inalcanzable.

De verdad que lo quiero intentar. De verdad. Solo es que lo veo inalcanzable y lo veo sin sentido, teniendo en cuenta que soy yo. Solo es que he visto que podría ser el ideal. Solo es que es jodidamente adorable. Solo es que apenas lo conozco y ya es casi improbable que nos veamos.
Solo es eso lo que ocurre.
No sé si empezar sería una buena idea. No sé si tengo las posibilidades, o no. La edad que nos separa no creo que sea un impedimento. No es que hayan tantos como para que no pueda pasar nada, pero no creo que ocurra.
Me estoy pensando todo esto demasiado, y quizás ni si quiera funcione ya el tiempo va pasando. O incluso puede que la cuestión no sea pensar, sino actuar.
Pero cada vez que pienso en el tema, que es todo el rato, más lejos lo veo. Y más tiempo pasa. Y más dudas aparecen. Y más información encuentro. Y más pienso y pienso.
Cada vez que pienso en los detalles que hacen que me obsesione con el tema, más problemas le veo a todo esto.
Simplemente es algo muy parecido a lo que sería perfecto.
Y lo perfecto siempre conlleva muchos impedimentos y confrontaciones.
No soy capaz de lanzarme a "esa piscina" de la que todos hablamos.
No soy capaz.
Y cada día me arrepiento más de no haberlo hecho.
No sé cómo empezar toda esta historia. No quiero parecer una acosadora, una interesada o cualquier cosa. Solo desearía que esto ocurriese de otra manera. Solo desearía tener la certeza de sabe que lo voy a ver al menos un día a la semana. Pero eso ya no es posible. Eso ya se acabó. Y eso mismo lo hace todo más difícil.
Por una vez hay algo en común: la música. La música podría ser un buen conector. Solo la música con sus pentagramas podría explicarme cómo hacerlo. Pero es demasiado. Y estoy perdida.

http://www.youtube.com/watch?v=wycjnCCgUes

Bloqueos.

Hay veces que en ciertos momentos te bloqueas con algo que tiene solución, y te das cuentas de que en realidad, estás bloqueada emocionalmente.
Cada día es algo igual que el anterior, y no hay nada que me haga realmente feliz.
¿Se puede estar triste cuando no hay nada por lo que sonreír?
La vida se ha vuelto un continuo dilema y un continuo dolor.
Dolor, dolor, y más dolor.
Sonrisas que me hacen feliz un momento, pero que tras ellas, se es esconden un millón de inseguridades, y de miedo.
Inseguridades que odio, que a la vez las quiero dentro de mí, como si tuviera una especie de "síndrome de Estocolmo", y que me describen.
-What do you see when you look you at the mirror? +Pain. Madness. And more pain and insecuritys.
En eso se resume mi vida. Un día me veo bien, pero eso tan solo es un espejismo.
Tengo miedo de mí misma, y tengo miedo de hasta qué punto estoy así.
Estoy bloqueada.
Sin salida.
Encerrada en una cárcel que yo misma me he creado y de la que no puedo salir.
Ya no sé lo que es sentirse bien.
Ya no sé qué es ser feliz de verdad.
Esos días ahora quedan lejos.
¿Qué soy y qué hago aquí?
¿Todo esto tiene algún sentido?
Yo aún sigo sin entender mi vida.
Cada inspiración y cada espiración, se convierten en algo mecánico.
Dejo de ser una persona y me convierto en simple materia.
Y así se acaba todo.
Muchos se dejan ir y nunca vuelven.
No sé si es lo que deseo, o es lo que precisamente me da miedo.

Opinión sobre la vida a los 14 años.

Creo que la vida, es un misterio, las personas son un misterio, y todo es un misterio.
Un día te levantas mal, o como se suele decir "con el pie izquierdo", y resulta que el mundo es una mierda. En ese día puedes cambiar de opinión o no. Y vives.
Otro día te levantas bien y con ganas de vivir (te levantas con el pie derecho), y resulta que el mundo es maravilloso. En ese día puedes cambiar de opinión o no. Y vives.
La vida para mí, ahora mismo, es una eterna montaña rusa. Supongo que ya muchos han dicho eso, pero a veces si lo dicen es por algo, aunque no soy partidaria de darle la razón a algo tan solo porque lo diga mucha gente, pero sin embargo, esto, lo comparto.
No solo digo esto porque un día estés triste y otro feliz. No es solo eso. Un día solo te interesa vivir y otro te interesa el por qué.
Creo que a veces el error más grande que hacemos nosotros, los humanos, es preguntarnos el por qué de cosas que no lo necesitan. Cuando estás triste, y piensas "¿por qué vives?" no se puede llegar a una buena conclusión.
La vida es como una croqueta. Se puede aplastar y seguir estando rica. Así que si está aplastada, cómetela, no será bonita, pero estará igual de buena. Y si no quieres que sea de esa forma, haz otra.
Si no te gusta el momento que pasas, debes cambiarlo, o si no tan solo podrás ser triste, y cada vez más depresiva. Y eso es así.
Conclusión: Aprende a ver la vida con sus cosas buenas. Cosa que yo no hago porque esto son cosas que pienso y que no hago porque soy una masoca y me gusta sentir tristeza porque me inspira. No le busques explicación. No la tiene.

Reflexiones sin conclusión aparente.

             Me pregunto si el camino que sigo me lleva a algún lado. O si simplemente no me lleva a nada. No sé si lo que estoy haciendo está bien. No sé si soy feliz. 

            No acostumbro a actuar de esa manera. Yo busco otro tipo de cosas. Cuando estoy con alguien me gusta quererlo. Pero, ¿y si no estoy con esa persona de la manera idílica que se manifiesta en mi mente? ¿Estoy siendo realmente yo? ¿Quiero a esa persona aunque no lo quiera reconocer? ¿O por el contrario no le quiero y esta situación me está llevando al valle de las lágrimas? ¿Y si quizás esta forma de amor tan liberal es quizás la que más me pegue? Después de todo, no hay preocupaciones. Sin embargo, tampoco hay amor.

      ¿Qué hacer cuando todas mis ideas de amor y del romanticismo las ignoro? Quizás solo esté madurando. Pero, ¿y si no es así? 

         ¿Esto es solo una etapa? ¿Sería más feliz pasando al siguiente nivel e intentar volver a algo formal, cuando ni si quiera estoy segura de lo que siento? ¿O es el momento de acabar? 

            Realmente no me encuentro mal. Pero no me termino de sentir bien.

           Echo de menos sentirme amada. Echo de menos un te quiero al oído, en un susurro apenas inaudible. Echo de menos todos esos mimitos. Echo de menos saber que le importo a alguien... de esa manera. Echo de menos que alguien piense en mí.

            Me pregunto que pasaría si terminase con esta fase experimentativa. Volvería a estar sola. ¿Estaría mejor o peor? ¿Encontraría a alguien? ¿Y por qué estar sujeta a alguien? 

        ¿Por qué no puedo ser libre y ya está? Supongo que podría serlo.Al fin y al cabo, no siempre lo queremos es lo que necesitamos. Pero cuando no sigues lo que quieres, te sientes triste. 

         

Off.

Deseo apagarme.
Deseo apagarme como una vela que ilumina, y que deja de emitir su luz. Una vela que no puede más. Se gasta. Simplemente deja de iluminar.
Pues eso es lo que quiero yo, dejarme ir.
Quiero desaparecer de este mundo. Quiero carecer de importancia. Me quiero cavar una tumba, y quedarme dentro.
Quiero que toda la luz que brilla en mí deje de brillar. Aunque no sea mucha.
No quiero vivir en este sitio.
Miedos. Inseguridades. Baja autoestima. Nula confianza en mí misma.
Deseo apagarme.
Lo necesito.
¿Realmente esos capullos siguen ahí? Sí. Siguen ahí. Ahora sus armas están guardadas. Pero pronto se irá la calma.
Lo que me atormenta de verdad es pensar en los fantasmas. Los fantasmas de las inseguridades que me han provocado ellos.
Me miro en el espejo y siento odio. Me doy asco. Antes me veía gorda. Bajé un poco de peso. Continúo mirándome y viéndome gorda. Ya no es cuestión de peso. Es cuestión de aceptación. No me quiero. Me detesto. Odio mis pies. Odio mis piernas. Odio mi nariz. Me odio todo.
Entonces me miro a los ojos. Veo que sí, son preciosos. Pero ellos solo son capaces de devolverme una mirada triste. Una mirada que refleja cuánto debo cambiar. Están cargados de tristeza. De ira. De rabia. De ganas de explotar y ser feliz. Son ojos con ganas de brillar. Pero mi mente no tiene ganas de producir luz. Mi mente tiene ganas de apagarse. Por el simple hecho de no sentir. De dejarse ir. De ser ignorada, para que no me miren y tengan razones para meterse conmigo por ser yo.
Deseo apagarme.
Pero aún deseo más brillar como nunca lo he hecho.
Sin embargo, para ello, tengo que quererme. Cosa que nunca antes he hecho, y que por más que lo intento, me parece absurdo.
Es absurdo querer a alguien que esconde sus esperanzas para dejar de sufrir, en vez de ir y realizar sus sueños.
Y lo peor es que por mucho que me odie, no podría ser otra persona que no sea yo.
A pesar de que me odie cuando me mire el espejo, sé que estoy haciendo algo por el mundo. O al menos lo intento. Intento parar a los sádicos toca pelotas. No quiero que nada pase por las burlas. No quiero. Y eso hace que cuando me mire al espejo, al menos pueda mirarme con un poco de dignidad.
Me he contradicho tanto en esto que he escrito, que no sé ni  qué conclusión sacar.
Dímelo tú.
Supongo que es un todo o nada. Brillar o apagarme. Es cuestión de enfrentarme al mundo y arriesgar.

Fuck all.

Soy eso que odias
Soy eso que criticas
Soy eso que no soportas
Pero "soy eso" que a diferencia de ti
tiene corazón, cosa que tú,
NUNCA tendrás.

Y todo por una camisa de Pink Floyd

Todo ha sido completamente normal, hasta que llegó la hora de lengua, en la que la profe no vino.
Yo me había quitado la chaqueta. Por lo tanto, se veía "Pink Floyd" escrito en la parte de detrás, a parte de lo de delante.
Me giré para hablar con uno de mi clase. En ese instante, el profesor de guardia, se acercó a mí y me dijo muy serio: "No te dejo girarte hacia detrás más, si no me dices lo integrantes del grupo de tu camisa".
Entonces se los dije. Luego me dijo que lo repitiera. Y lo hice. Se fue.
Al rato volvió y me preguntó qué cuál había sido el álbum más famoso de Pink Floyd. Le contesté:" The Wall y The Dark side of the moon". Después de eso me hizo más preguntas. Demostré todos mis conocimientos acerca de Pink Floyd. Como una buena fan. Una fan de posters.
A la siguiente hora, me tocó plástica. Por fin había venido el profesor, ya que había estado de baja. Entramos unos pocos y nos dijo: '¿qué tal?'. Yo contesté: Estoy viva.
En ese momento vio mi camisa. Y me dijo: ¡PINK FLOYD! ¿Te gusta Pink Floyd? Eso es la refracción de la luz, ¿eh? Luego, me preguntó sobre cuál era mi disco favorito. Respondí "Wish You Were Here".
A raíz de eso, se pasó la mitad de clase hablando de Pink Floyd, de sus canciones. Me sacó delante de todo y dijo: - ¿Ven su camisa? Es ella sale la refracción de la luz.
Finalmente, me dijo que no debería decir "estoy viva" que solo tengo 14 años.
Me quedé aturdida. Sobre todo por una frase que dijo. "¿Por qué vas a dejar de enamorarte por una vez que salió mal?". No iba dirigida a mí. Pero me sentí aludida.

En ese monólogo donde habló de la refracción de la luz y de muchas cosas más de miró, y me dijo: Te voy a putear. Yo los vi en directo. Vi a Roger Waters en directo. 

Yo casi muero de amor/envidia.

Puedes enamorarte...

Pero una vez que lo hagas, sufrirás y no podrás hacer nada por evitarlo. Es tu propia condena. Puedes arriesgar y ganar. Puede que tengas suerte, y esa persona que te hace reír, luego no te haga llorar. Pero al menos yo, no la he probado. Quizás sea mi condena. Estar a atada al amor de por vida. Quien sabe. Al fin y al cabo solo soy una estúpida con un corazón marchito. Una puta estúpida. Una maldita inconsciente. 

- ¿Estás bien?

+ Estoy viva.
     Así es como van a empezar y van a ser todas mis conversaciones de ahora en adelante.
¿Razón? Ruptura. OTRA PUTA VEZ.
No sé si alguna vez llegué a comentar que iba a negarme a enamorar. Pues de eso va la historia.
Rompí esa promesa. Maldita hora en la que la rompí.

Ahora tengo ganas de cerrar los ojos.
Y no volver a abrirlos.
Tengo ganas de respirar.
Y soltar mi último suspiro.
Tengo ganas de sentir.
Que ya no siento.
Tengo ganas callar.
Y sellar mi corazón.
Y no abrirlo jamás.

De repente, mientras escribo esto, veo una imagen. No, no es con él. Pero me refleja a mí. A mis ojos con lágrimas. A mi dolor.
Él sí que hizo una promesa. Era no estar con nadie hasta su cumpleaños. Pero empezamos con una relación no relación. Y moló. Moló mucho.
Luego fue su cumple. El 23 de diciembre. Empezamos. Fue todo bien. Todo era perfecto.
¿Recordáis cuando dije que nada era perfecto?
Al empezar las clases, me dijo que no sentía lo mismo. Eso fue el-principio-del-fin.
Hoy, a la salida del instituto me lo dijo.
Ya está.
Se acabó.
¿Y ahora qué pasa conmigo? ¿Qué voy a hacer con todo lo que siento?
Sin embargo, eso no es lo peor... Lo peor, es pensar en mi próximo error. ¿Qué por qué digo esto? Porque me conozco. Mi promesa tiene tanto valor como la mierda de una vaca. No la podré cumplir. Porque soy así de dependiente. Volveré a caer en una trampa. Una y otra vez. Hasta que ya no pueda más.
¿cuál será mi próximo error?